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La muerte
de los Hermanos:
El Comando
Poliorcetes, comando de la Legio Devónica especializado en asaltosa fortificaciones, ataca el punto débil de un puesto avanzado de los Ultramarines en Doy I. Los Ultramarines habían establecido ese puesto fronterizo para seguir avanzando hacia el interior del planeta estableciendo posiciones defensivas debido al fracaso de los Salamandras. El soldado
Pegomastax, un Ultramarine renegadoy el Capitán de los Bersérkers Lytronax demandan ingresar en el comando debido a su ansia de derramar sangre
de Ultramar.
La batalla se decide gracias a la inutilización de una torre de comunicaciones
de la que, sin desearlo, es Lytronax el único que llega a desactivarla,
perdiéndose así el derramamiento de sangre prometido. Mediante argucias y
engaños sombríos Pegomastax consigue
su objetivo y la sangre de Ultramar cubre sus armas y armadura. La torre es
desactivada y desde el Imperio no se vuelve a saber nada de este puesto
avanzado ni de los Primaris que están intentando contactar con los planetas Imperiales del Subsector.
·
Fuego
élfico:
Los Eldars de Ulthuwe emboscan al comando Poliorcetes
apostados tras unas ruinas. El poseído de Nurgle Cyamodus es gravemente herido debido al fuego de cobertura proporcionado por una plataforma de disparo eldar. La posición de los elfos espaciales y la sorpresa del ataque consigue que el comando no tenga ninguna posibilidad de avanzar por entre las ruinas.
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Los
Perdidos:
En las ruinas de la civilización Ágaros, en el Planeta
Vitt unos extraños Marines
espaciales atacan al comando Poliorcetes.
Estos portan armaduras con simbología desconocida y arcaica y portan armamento
desfasado y rudimentario. A pesar de ello, ponen contra las cuerdas al comando
que tiene que hacer uso de todo su potencial para sobrevivir al ataque. Los
Marines desconocidos acaban retirándose entre las sombras sin dejar ni rastro de su presencia. El comando, confundido por el repentino ataque se retira igualmente con las grabaciones de sus cascos corrompidas e imposible de rescatar.
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Guerra
secreta:
Una buena cantidad de planetas Imperiales del sector Turia tienen un
cáncer en el interior que ha de ser purgado con fuego. Algunos gobernantes son
corruptos y se dejan sobornar o incluso participan en estos cultos clandestinos
pero en la mayoría el Astra Militarum debe poner cartas en el asunto y trabaja duro
para exterminarlos. Un destacamento de
Astra Militarum originarios del cercano planeta Tallarn consiguen expulsar a la Hermandad del Acero Óseo, una hermandad de mutantes que se ha extendido por varios planetas, de una de sus principales
bases en un planeta boscoso muy distinto al terreno desértico al que están
acostumbrados, por suerte para ellos los Cultistas son alérgicos al fuego así
que consiguen expulsarlos de los bosques a pesar de la participación confirmada para el Imperio de un
Genestealer y varios mutantes híbridos que consiguen exterminar de forma
salvaje a una buena cantidad de Guardias.
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Advenimiento:
¡Los Hijos de las Estrellas
han llegado! ¡Es el día de la Ascensión! Pero la corrupción humana corrompe
hasta la corrupción alienígena. La Hermandad del Acero Óseo vive bien bajo la vista gorda de
los gobernantes y no quieren que se les arrebate el poder. Un pequeño tentáculo de la Flota Enjambre Kraken escindido ha
azotado el planeta. Está débil y fragmentado por lo que no es lo suficientemente fuerte como para invadir el planeta pero es peligroso para los mundos cercanos. Los líderes dicen que el día no
es propicio y que estos Hijos de las Estrellas no son dignos así que hay que
plantar batalla. Los Hijos son fuertes y golpean duro pero mediante la
actuación de un hermano con una sierra pesada de roca que parte por la mitad
salvajemente en dos a un guerrero
tiránido, el Genestealer que
comandaba la expedición comprende que igual no está en su punto y a pesar de que
las bajas del culto son graves los Tiránidos
se retiran.
·
El Bien
Supremo aparece:
La
Quinta esfera de expansión todavía está muy lejos pero hay T’au que han llegado más lejos que otros por medios que el Imperio
todavía desconoce. Parece que en pequeños grupos pueden llegar más lejos que en
grandes flota, quizá se deba a anomalías o a tecnología desconocida. Uno de estos comandos T’au ha aparecido en un mundo conquistado
por el Acero Óseo. Al tratarse de T'aus pertenecientes a la quinta
esfera de expansión no ha tardado mucho en declarar que estos híbridos
horrendos no merecen formar parte del Bien Supremo y toma el planeta por asalto
sin piedad. Los Cultos no pueden hacer nada contra este enemigo azul que no
conocen de nada y que despliega una potencia de fuego abrumadora y son exterminados. El Imperio todavía no ha recibido información de esta pequeña avanzadilla T'au.
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